reflexiones del genio lucas escritas
Entra en alma del Otro, en el laberinto de un alguien atrapado en una jaula; dialoga con la desaparición y la despista; trata el planeta laboral desde macabros deseos; enfrenta la soledad de un sujeto y se hace una parte de su desolación donde una puñalada devela la realidad del personaje. Me inclino frente a la voz de quien hizo del buen decir un acto sagrado. Me inclino ante la pureza de espíritu de quien supo que en la poesía está el destino humano del mundo. Me inclino frente quien sabía de la humildad y administraba el corazón para buenos propósitos. Digo el día de hoy, como mencioné anteriormente ayer, de Pedro Francisco Lizardo, el poeta, el asimismo increíble periodista que Venezuela se dio el lujo de tener.
Entonces, la pérdida para decir “Te rozo en el aire// no te alcanzo/ mis ojos sienten tu frío/ en el papel en blanco”. Va a venir otro poema sobre esa hoja, como otro cuerpo. Los 12 del patíbulo poético ; los 12 apóstoles, los que cortan el pan con las manos y lo llevan a la boca plena de versos y sonidos poco comunes. En fin, don doce poetas que han elegido “el oficio más arriesgado de todo el mundo”, donde no pasean “de forma idéntica” los integrantes del taller. ¿Dónde está por todo esto el sujeto que ingresa en nuestra pesadilla personal y destroza el sarao de nuestros sueños?
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No obstante, hay que recordar lo ya dicho (véase mucho más arriba sesgos temporales) sobre la primacía de las fuentes escritas y lo que estas determinan la ciencia historiográfica y la propia conciencia de la historia en su personaje primordial —que es toda la humanidad—. Periodos o instantes de manera especial atractivos para los historiadores terminan convirtiéndose, por la intensidad del enfrentamiento y el volumen de la producción, en verdaderas especialidades, como la narración de la guerra civil española, la crónica de la Revolución francesa, la soviética o la de america. Con el criterio se determina la selección de la parte de la realidad histórica que se toma como objeto, y que indudablemente dará tanta información sobre el objeto estudiado como sobre las motivaciones del historiador que estudia. Esa visión sesgada puede ser inconsciente o consciente, asumida con aproximadamente cinismo por el historiador, y es diferente para cada temporada, para cada nacionalidad, religión, clase o campo en el que el historiador quiera situarse. La historia no tiene considerablemente más antídoto que proseguir la inclinación a la especialización que tiene cualquier disciplina científica. El saber de toda la verdad es epistemológicamente irrealizable, aunque el ahínco de un conocimiento transversal, humanístico, de todas y cada una de las partes de la historia, es exigible a quien realmente quiera tener una visión correcta del pasado.
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La desaparición de quien reniega y hasta se hace el desquiciado en pleno siglo XX. Y con la llegada y del XXI mascaradas, incertidumbres. El Almirante sueña, no deja de llevarlo a cabo desde su mutilación.
- Un sujeto asimismo puede ser destruido desde adentro.
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El compromiso marital duraba un año, y era tan indisoluble como el matrimonio; solo se podía romper por la desaparición o por el divorcio. Si moría el hombre que estaba prometido con una mujer, ella era viuda a los ojos de la ley. En las leyes de los judíos podemos encontrar a veces la extraña oración “una virgen que es viuda”…. Se dijo que el Evangelio según San Lucas es el libro mucho más fantástico de todo el planeta. La tradición ha creído siempre y cuando Lucas fue su constructor, y no contamos por qué dudarlo.
Conque el proceso sistemático de eliminación comienza. El Espíritu Santo apunta primero a la tribu de Judá, entonces al clan de Zera , entonces a la familia de Zabdí, y al final a un hombre llamado Acán. 6 Ante esto, Josué se rasgó las vestiduras y se postró rostro en tierra frente al arca del pacto del SEÑOR.
Alejandro Magno fue probablemente el genio militar mucho más grandioso, que movió ejércitos mediante las páginas de la historia. La victoria está en hacer las cosas a Tu forma… no a la nuestra. Danos sabiduría y discernimiento para escuchar tu Palabra, y aplicarla a nuestra vida. Padre, gracias que podemos venir a tu trono y hablarte de nuestros miedos, inconvenientes, y intranquilidades. Tu Palabra afirma que vivamos la vida cristiana por el poder de tu Espíritu Santurrón, y no procurar realizarlo, por nuestros sacrificios. Y el segundo inconveniente es que este enemigo está en nosotras.
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Los escritores que viven en castillos de cristal amasan la fortuna del silencio. Atajados por el temor a ser puestos en el lugar de la verdad, alardean de puros, de estar alén de los fallos humanos, toda vez que los ángeles que escriben tienen alas y revolotean en torno a la vida y de la desaparición. El título de esta crónica es el mismo de un ensayo contenido en La conciencia de las palabras, del autor búlgaro y, exactamente, recoge la angustia sobre los riesgos en los que se encuentra el planeta. De allí que sean los escritores los que van a tragarse el humo de los automóviles, los insultos del poder y el gas de la opresión, como las protestas de quienes subsisten entre el sobresalto períodico y la desaparición. El poema que nos leía fue eliminado para que la mudez nos conquiste al final. ¿Cuántas muertes para alcanzar la muerte, la auténtica muerte que pasea por los labios de los empalados, por los frenillos de boca de los ajusticiadores?
Este libro magistral, retocado con las anécdotas y referencias letradas de su colosal aventura, es merecedor de un especial régimen. Renato Rodríguez es un narrador “isla” desde Al Sur del Equanil (Monte Ávila, Caracas, 1972)hasta La noche escuece (R.A.R, Caracas, 1985), sin dejar de nombrar su noveletaQuanos (Monte Ávila, Caracas, 1997)., de la cual diremos unas líneas mucho más adelante. Para “construir el juego” de la memoria, Renato Rodríguez escribió, precisamente, Ínsulas , una novela que se teje mediante cuentos en los que las islas son los ensueños de sus viajes. Desde una isla para el mundo y desde la memoria hacia la isla.
Corrijo, de desgracias, no vaya a ser que le apliquen la Ley Resorte y lo lleven a juicio. O a la prisión y sea popular en este relato con el precioso eufemismo de privado de independencia. Por apología del delito o hasta por simulación de hecho punible, porque como es ficción, no vaya a ser. Trepo con mi disfraz de Hombre Araña por el lomo del libro.