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que significa el arca del pacto
Tanto los Israelitas como los Filisteos se habían resistido a Él, conque Jehová halló unas vacas mediante las que educar su gloria. En el instante en que los Filisteos recién atraparon el Arca del Pacto, ellos creyeron que fue una enorme victoria, pero de acuerdo avanzó el tiempo los Filisteos comenzaron a estimar al arca como una carga, no como un premio. Pero las barras eran tan largas que los extremos de las barras del arca se podían ver enfrente del santuario interior, mas no se podían ver desde afuera; y allí están hasta este día. Y el rey Salomón y toda la congregación de Israel, que se encontraba reunida con él enfrente del arca, sacrificaban tantas ovejas y bueyes que no se podían contar ni numerar.
Se ha sugerido que una sola vez era bastante en el ojo de Dios, pero las siete veces hacen ver al pecador que la obra era impecable. Los querubines descansaban al nivel ─ un codo y medio ─ de la rejilla en el altar en el atrio y de la mesa en el sitio santo. Nuevamente resaltamos que la misericordia y la realidad de Dios se encontraron en el Calvario; la salvación, la comunión y la justificación manan de aquel solo sacrificio. El oro de aquella tapa relucía siempre frente Dios a la luz del Shekiná; la sangre se aplicaba una vez por año por el hecho de que el pecador la requería. Estos querubines no portaban espada, sino más bien conocían solo un trono de la gracia.
Capítulo 5: El Arca
y Ahira, hijo de Enán, al frente del ejército de la tribu de los hijos de Neftalí. y Abidán, hijo de Gedeoni, al frente del ejército de la tribu de los hijos de Benjamín. y Eliasaf, hijo de Deuel, se encontraba adelante del ejército de la tribu de los hijos de Gad.
Entonces el tabernáculo fue desarmado; y los hijos de Gersón, y los hijos de Merari, que llevaban el tabernáculo, partieron. y Eliab, hijo de Helón, adelante del ejército de la tribu de los hijos de Zabulón. y los hijos de Israel partieron, según su orden de marcha, del desierto de Sinaí. Entonces me volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que yo había hecho; y allí están tal como el SEÑOR me ordenó. Hice, pues, un arca de madera de acacia y labré 2 tablas de piedra como las precedentes, y subí al monte con las dos tablas en mi mano. “Y yo escribiré sobre las tablas las expresiones que estaban sobre las primeras tablas que quebraste, y las vas a poner en el arca.”
Así, el hombre fue a anunciarlo en la ciudad, y toda la ciudad prorrumpió en chillidos. Cobrad ánimo y sed hombres, oh filisteos, para que no lleguéis a ser esclavos de los hebreos como ellos fueron esclavos de nosotros; sed hombres, pues, y pelead. Estos son los dioses que hirieron a los egipcios en el desierto con todo tipo de plagas.
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Y el pueblo envió a Silo, y trajeron de allí el arca del pacto del SEÑOR de los ejércitos que está sobre los querubes; y los 2 hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios. Volvió David a reunir a todos y cada uno de los hombres escogidos de Israel, treinta mil. Y David se levantó y fue con todo el pueblo que con él a Baala de Judá, para hacer subir desde allí el arca de Dios, la que es llamada por el Nombre, el nombre del SEÑOR de los ejércitos, que está sobre los querubes. Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, para que la tengan la posibilidad de llevar de la vivienda de Abinadab que en la colina.
Por tanto, se puede afirmar con certeza que el Arca continuó en Quiryat Yearim hasta la temporada de David. Es natural que después que ese príncipe tomó a Jerusalén y la hizo capital de su reino, el desearía hacerla además su centro espiritual, con cuyo propósito desearía llevar allí el Arca de la Coalición. En verdad, el Arca sin lugar a dudas gozaba de colosal veneración entre el pueblo; era vista como el paladión con el que se asociaba hasta ese entonces tanto la vida religiosa como política de Israel. En consecuencia, nada ha podido realizar mucho más apropiadamente el deseo de David que tal traslado. Por orden de Dios el Arca fue cargada en procesión en torno a la localidad a lo largo de siete días, hasta el momento en que las murallas se desmoronaron al sonido de las trompetas y los chillidos del pueblo, dándole de esta forma al ejército atacante una abertura al lugar (Jos. 6,6-21).
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Las primeras 2 estaban calafateadas con brea y la tercera forrada con oro. La tercera haría lo mismo en el instante en que Israel cruzó el Jordán y entró en la tierra prometida, pero aun en el tabernáculo es una figura de Aquel que pasó por la desaparición y confundió a todo enemigo. El arca de Noé y el arquilla de Moisés desaparecieron de forma rápida de la historia bíblica, habiendo efectuado su obra salvadora, pero la que estamos estudiando en este momento se quedaría por siglos entre el pueblo de Dios y tendría una contraparte en la esfera celestial. “El templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo”, Apocalipsis 11.19.
Por naturaleza dos vacas que críen, a las que no haya sido puesto yugo no debían desplazar el carro, sino debían haberse resistido al yugo. Aparte de esto, ellos escogieron hacer regresar sus becerros de tras ellas a casa. El “instinto maternal” de las vacas no las llevaría hacia la tierra de Israel, sino más bien a casa con sus becerros. Los Filisteos diseñaron una prueba que “forzaría” al Dios de Israel a hacer algo milagroso para demostrar que en verdad había sido Él la causa de las plagas. y llevaron el arca y la tienda de reunión y todos los utensilios sagrados que estaban en la tienda; los sacerdotes levitas los llevaron.
- En este momento ya que, tomad doce hombres de las tribus de Israel, un hombre de cada tribu.
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David y toda la casa de Israel se regocijaban delante del SEÑOR con todo tipo de instrumentos hechos de madera de abeto, y con liras, harpas, panderos, castañuelas y címbalos. Los hijos de Israel sacaron a los baales y a Astarot, y sirvieron solo al SEÑOR. En este momento pues, tomad y preparad un carro nuevo y 2 vacas con crías sobre las cuales no se haya puesto yugo; uncid las vacas al carro y llevad sus becerros a casa, lejos de ellas. Y los hombres que no murieron fueron heridos con tumores, y el clamor de la región subió hasta el cielo. Y sucedió que en el momento en que la habían movido, la mano del SEÑOR estuvo contra la ciudad ocasionando enorme confusión; y asimismo hirió a los hombres de la ciudad, desde el menor hasta el mayor, saliéndoles tumores. En el momento en que llegó, hete aquí que Elí se encontraba sentado en su asiento al lado del camino esperando ansiosamente, por dado que su corazón tremía por causa del arca de Dios.
Al reflexionar sobre la omnipresencia de Dios, Bauckham apunta que el tabernáculo y el templo no limitaban la presencia de Dios, sino que eran símbolos tangibles de su disponibilidad, espacios físicos con los que, por su felicidad, prometía ser alcanzable a su pueblo.
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— Carlos Córdova 🇸🇻 (@CarlosCordovaSV) November 28, 2020