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salmo 31 biblia catolica

y no deseaste que mis enemigos se rieran de mí. que el nombre del Dios de Jacob sea tu baluarte. De los mortales que lo tienen todo en esta vida. La sección primera es un canto de acción de gracias, en el que se intercalan ciertos argumentos hímnicos (9. 6-13, 16-17). La segunda es una súplica al Señor, que aparentemente permanece impasible (10. 1) en frente de los atropellos cometidos por los desalmados.

Su tema es la sin limites bondad del Señor, que se ofrece incesantemente a los hombres, singularmente a los enclenques (vs. 3-4) y a los oprimidos (v. 6). La actitud de Dios hacia los pecadores no es la de un Juez irrevocable, sino más bien la de un padre bondadoso (vs. 8-13), que conoce intensamente la pobreza del hombre (vs. 14-16). El poema concluye con una convidación a bendecir a Dios, apuntada a todo el universo.

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“El los examina, aquel que escruta lo íntimo del hombre, el corazón profundo. 9 Un soplo únicamente los hijos de Adán, los hijos de hombre, una patraña; si subiesen a la balanza serían menos que un soplo todos juntos. 17 Oh fuerza mía, para ti salmodiaré, pues es Dios mi ciudadela, el Dios de mi amor. 2 No. que de corazón cometéis injusticias, con vuestras manos pesáis la violencia en la tierra.

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Salmo 114

11 Y se alegren los que a ti se acogen, se alborocen por siempre y en todo momento; tú los proteges, en ti exultan los que adoran tu nombre. 8 Guíame, Yahveh, en tu justicia, por causa de los que me avizoran, allana tu sendero frente a mí. 6 pierdes a los mentirosos; al hombre sanguinario y engañoso le abomina Yahveh.

• De ahí que vemos al salmista asustado.

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13 ya que grande es tu amor para conmigo, tú has librado mi alma del fondo del seol. 8 entre los dioses, ninguno como tú, Señor, ni proyectos como las tuyas. 8 Voy a percibir de qué charla Dios.Sí, Yahveh habla de paz para su pueblo y para sus amigos, con tal que a su torpeza no regresen. 2 Ansía mi alma y languidece tras de los atrios de Yahveh, mi corazón y mi carne chillan de alegría hacia el Dios vivo.

Este oráculo divino se caracteriza por sus valientes antropomorfismos y por su estilo épico. La parte final del Salmo es una reiteración de la lamentación y de la súplica (vs ), y una profesión de confianza en el poder de Dios (v. 14). Los vs. 7-14 se vuelven a encontrar en el Salmo 108. Este poema es un severo reproche contra los jueces inicuos, que con sus resoluciones arbitrarias promueven la crueldad y la injusticia en la sociedad. Tras una invectiva llena de sarcasmo (vs. 2-3), el Salmo detalla la inconducta de los jueces y su obstinación en el mal (vs. 4-6), y lanza contra ellos enérgicas imprecaciones (vs. 7-10). Al final, anuncia la alegría que experimentarán los justos cuando se manifieste la justicia de Dios (vs. 11-12).

El “pájaro” amenazado por las armas del cazador representa recurrentemente al hombre perseguido. En este pasaje, la expresión “mi Gloria” semeja ser una designación de Dios y no un mero semejante de “honor”, como se entiende muchas veces. El cariño a eso que es “falso” y la búsqueda de lo “engañoso” asimismo tienen un significado exacto, y mencionan veladamente al culto de los ídolos. La “santa Montaña” es Sión, donde estaba erigido el Templo de Jerusalén. Los Cantos reflejan elocuentemente la gran importancia de ese rincón beato en la vida religiosa de Israel.

5 Que yo en tu amor confío; en tu salvación mi corazón exulte. 8 él juzga al orbe con justicia, a los pueblos con integridad sentencia. 2 deseo alegrarme y exultar en ti, salmodiar a tu nombre, Altísimo. 8 (Yahveh, juez de los pueblos.)Júzgame, Yahveh, de conformidad con mi justicia y según mi inocencia.

7 Sí, en Yahveh confía el rey, y por felicidad del Altísimo no ha de vacilar. 4 vida te solicitó y se la otorgaste, largo curso de días para toda la vida nunca. 7 Unos con los automóviles, otros con los caballos, nosotros invocamos el nombre de Yahveh, nuestro Dios. 14 ¡Sean gratas las expresiones de mi boca, y el susurro de mi corazón, sin tregua frente a ti, Yahveh, roca mía, mi redentor. 8 Los preceptos de Yahveh son rectos, gozo del corazón; claro el mandamiento de Yahveh, luz de los ojos.

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La primera parte (vs. 1-6) festeja la omnipotente amabilidad del Señor, manifestada en la restauración de su Pueblo y de la Localidad santa después del exilio. El tema de la segunda (vs. 7-11) es la Providencia universal de Dios, que da cada día el alimento a hombres y animales. Al final, el salmista describe poéticamente la omnipotencia de la Palabra de Dios, que dirige el curso de la naturaleza y de la historia (vs. 13-20).

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