el publicano y el fariseo
El publicano no rehuye su compromiso personal en frente de la situación de dolor que el sistema impositivo produjo en todo Israel. Las expresiones y acciones del publicano son considerablemente más breves pero mucho más locuaces que las del fariseo. El pueblo detestaba a los publicanos por su actitud -la mayoria de las veces- injusta. Eran considerados colaboracionistas del poder de roma y opresores del pueblo.
La oración y su auténtico término, la vamos a comentar al detallar la narración del “Buen Ladrón” (23, 39-43). ¡Qué diferencia de reacciones entre el fariseo y el publicano! el fariseo con una actitud soberbia y orgullosa, hace aparición como un ser egoísta, soberbio y asimismo injusto con sus semejantes. No sabes el gusto que me da que nos estés visitando, hoy deseamos compartirte la reflexión de la parábola del fariseo y el publicano, tomado del santurrón evangelio según san Lucas capítulo 18 versículo de 9 al 14.
Parábola Del Fariseo Y El Publicano
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Este fariseo detestaba literalmente a su prójimo, ¿De qué manera podía considerarse justo enfrente de Dios? ¿Quizás el menosprecio, el odio, el rencor, no son errores que también debemos abandonar? Pero aquel que con corazón sincero, se acerca a Dios, aquel que auténticamente se arrepiente y se rinde frente a la clemencia de Cristo, es el que será ensalzado. Leer la parábola del fariseo y el publicano sin la conclusión final y preguntar qué les semeja la oración del fariseo.
Recuerde la razón por la cual Cristo usó la parábola. Fue por “unos que confiaban en sí mismos como justos y menospreciaban a otros”. La oración de fariseo fue exactamente esto—un intento por mencionarle a Dios lo justo que él era—llena de vanidad y de ego.
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el publicano y el fariseo
El fariseo ciego, fariseo de pared, siempre y en todo momento triste y cabizbajo. Diríase que anda siempre cabizbajo y triste, para eludir las malas proyectos. Dicen también que cierra los ojos, para no caer en la tentación.
El publicano siente respeto y temor frente Dios, sabe que Dios no permanece indiferente frente al mal que causamos culpablemente los hombres. Estos episodios nos dejan apuntar mejor el sentido de la humildad comunicado en nuestra narración. Por un lado la humildad es la actitud interior de ser verdadera en frente de la situación de una mismo y de los demás. Estos diversos individuos que cubren nuestro producto, nos hacen ver que la humildad no se restringe a una actitud interior, tiene también un rostro aparente externamente.
En el momento en que la cabeza está quieta, en el instante en que la mente está en silencio adviene entonces lo nuevo. , Cuántas ocasiones suponemos estar amando y lo que pasa es que otro en sí mismos lleno de lujuria emplea el centro del corazón. Si esas gentes se vehículo-observaran con seriedad, verificarían por si las moscas mismos la doctrina de los varios; descubrirían en sí mismos a toda esa multiplicidad de personas o “Yoes” que viven en nuestro interior. Tal “Yo” subestima a las gentes, se siente mejor que todo el planeta, más particular en todo, mucho más rico, mucho más capaz, mas experto en la vida, etcétera. Meditando un tanto sobre las distintas ocasiones de la vida, bien vale la pena entender con responsabilidad las bases sobre las que descansamos.
Además de cobrar los impuestos precriptos, los publicanos -frecuentemente- demandaban a la gente considerablemente más de lo debido con la finalidad de lucrarse a sí mismos. Contaban con el respaldo militar, con el que podían expoliar a las gentes. El moroso insolvente y su familia eran vendidos como esclavos y de esta manera satisfacían la deuda. La centralidad del Templo radicaba en que representaba, de una manera visible, la presencia misma de Dios en la mitad de su pueblo. De ahí que era el ubicación en que, más genuinamente, se celebraba la liturgia del Señor. Cada día se ofrecían holocaustos y sacrificios a Yahvé, se hacía la oración cotidiana y se quemaba incienso.
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Las personalidades humildes de esos pequeños episodios (la viuda, el publicano, los pequeños) representan a los pobres y a los enclenques. La gente orgullosas representan a la multitud ricas y pagadas de si mismas. ” No podéis servir a Dios y al dinero ” asegura Jesús en el evangelio. La humildad no es solo una actitud interior de sano realismo; es además de esto, una actitud exterior que se manifiesta en la clara opción por los pobres y necesitados. No echa las culpas a los otros, no se equiparaba con absolutamente nadie, no con el fariseo.
Considera su culto como un acto de mérito que lo recomendará a Dios. Al tiempo, su culto dará a la multitud un sobresaliente término de su piedad. El fariseo se puso parado enfrente del resto para rezar. Le dio gracias a Dios por ser mejor que otra gente.
- Se muestra, en sus movimientos, consciente de su compromiso personal.
- Tal “Yo” infravalora a las gentes, se siente mejor que todo el mundo, considerablemente más particular en todo, mucho más rico, mucho más capaz, mas especialista en la vida, etc.