El Fácil Mejor {truco , consejo} para emplear con El Publicano Y El Fariseo

el publicano y el fariseo

En cambio, “las aduanas” de distritos eran subarrendadas al que considerablemente más ofrecía por un monte total. El publicano cobraba a ojo de buen cubero, sin control, pagaba a las autoridades el monte puesto en compromiso, y el resto para su bolsillo. Rememorar la ficha sobre la oración de acción de gracias y la necesidad de agradecer. Lucas sitúa la escena de la parábola en Jerusalén, donde quedaba el Templo.

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El Publicano

Los cristianos dicen decantarse por la universalidad, desde los pobres y excluidos del sistema, corriendo después el peligro de amoldarse al imperio romano. Los judíos rabínicos, siguiendo la línea farisea,optan por la identidad israelita, separándose para ello de los sobrantes pueblos impuros . Precisamente, justificado frente Dios, en sentido espiritual; pero, al mismo tiempo, justificado frente a la sociedad y la historia. Es la ley de los jerarcas del templo que gestionan con buena conciencia su dinero y su memoria histórica, para condenar a los otros (¡ladrones, injustos, infieles…!). Los “cumplidores” tienen la posibilidad de usar la ley para vencer, imponiéndose sobre los demás, sin clemencia. Entre ellos está este fariseo, que vino a mencionarle a Dios que ha triunfado, y a ofrecerle gracias por esta razón.

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En esta sección vas a hallar diferentes artículos sobre el evangelio, desarrollo espiritual, familia, idolatría, pecado sexual, arqueología, venida de Cristo, Biblia, actualidad y Códices. El centro de la parábola da un giro en torno a esos que se creían justo por sus proyectos enfrente de Dios, y menospreciaban a el resto. Un día el Salvador charló con unas personas que creían que eran más rectas que los demás. Segmento de un vitral sobre la parábola, en la iglesia de Janskerk .

Eruditos están divididos en esta cuestión, pero se puede llevar a cabo un perfecto caso para la segunda opción, particularmente, observando el contenido de su oración – narcisista y de felicitación propia. En esta oración del fariseo no existe adoración, confesión, o ruega – solo hay agradecimiento. Su agradecimiento, aparte de esto, se centra en si mismo y, por lo tanto, no agradece a Dios.

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Que sea esta además nuestra oración de cada día que nos asiste a luchar y a vencer el mal que nace en nuestro corazón. Que sea esta nuestra oración que pide piedad, el cariño que muchas veces le falta a nuestro corazón. Oremos y demos merced al Señor pues, en la humildad de soliciar, descubrimos la realidad de nuestra vida y salimos del Templo justificados no por nuestro orgullo, sino por el cariño de Dios. El fariseo y el publicano nos enseñan que verdaderamente Dios no hace salvedad de personas.

Que la gente que procuran una vida en santidad, caen en la autojustificación. Este argumento no es afín al ejemplo del fariseo, nótese que no está mal obedecer la ley ética de Dios, ¿Quizá no es bueno vivir apartados del pecado? ¿Acaso Dios va a estar enojado con los que no practican fallos sexuales, o con los que no roban, no codician ni son injustos? pero en la del fariseo y el publicano, enseña cuál debe ser la actitud correcta y adecuada para acercarse a Dios.

De hecho, por nuestros méritos no contamos derecho alguno sobre Dios. La justicia hablamos de recibir lo que merecemos y abonar lo que debemos. Nos llega de Dios nuestro ser y todo lo que necesitamos para ofrecerle sustento.

En esta lección observaremos la parábola del fariseo y el publicano. Un artículo largo (17, 20-37) nos charla de la rápida llegada del Reino de Dios. Se muestran, en este momento, toda una secuencia de capítulos presentando ciertos individuos que han rechazado, o recibido, este Reino de Dios.

Su plegaria ante el Señor tiene la connotación de que desea ser una oración realizada muy cerca de la presencia misma de Dios. Atendiendo a la composición del edificio, los dos hombres se encontrarían -probablemente- en el “Atrio de los Hombres”. Sitio al que únicamente tenían ingreso los hombres israelitas mayores de edad. El fariseo y el publicano conversaron con Dios sobre sus personas. Sus reacciones hacia el resto contrastaban poderosamente.

El contraste entre fariseos y publicanos ha permeado tan intensamente en nuestra cultura que en ocasiones se invierte. Y la gente está más deseosa de esconderse en el fondo de la iglesia que estar adelante en las bancas. ¿Estoy asombrada/o y escandalizada/o por esta parábola, o descubro un Fariseo y un Publicano en mi corazón asimismo?

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