De Que Habla Jeremias 4 – Una síntesis

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\\\’Por consiguiente, daré sus mujeres a otros, y sus campos a nuevos dueños; ya que desde el menor hasta el mayor todos ellos codician ganancias; desde el profeta hasta el sacerdote todos practican el engaño. \\\’Aun la cigueña en el cielo conoce sus estaciones, y la tórtola, la golondrina y la grulla guardan la temporada de sus migraciones; pero mi pueblo no conoce la ordenanza del SEÑOR. Y escogerá la desaparición en lugar de la vida todo el remanente que quede de este estirpe maligno, los que queden en todos los sitios adonde los he arrojadodeclara el SEÑOR de los ejércitos. y los esparcirán al sol, a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y sirvieron, y a quienes siguieron, a quienes procuraron y adoraron.

Él se dedica al extenso arte de acción, caminando por las calles con un yugo sobre el cuello y participando en otros sacrificios para atraer la atención. Él es burlado y toma represalias, es lanzado en la prisión como resultado, y en determinada ocasión es lanzado a un pozo para morir. Entonces restauró el altar del SEÑOR que estaba enfrente del pórtico del SEÑOR. Todo lo previo está basado en el tema de la palabra y del hablar.

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Por eso Dios toca la boca y pone sus expresiones en ella. Con esta última expresión -que es una fórmula llevada a cabo, como demuestran los casos de Balaán y Elías- se refrenda la autoridad del profeta, al subrayar que su mensaje no es invención humana sino más bien palabra del Señor. En el v.diez, las consecuencias de la actividad de Jeremías se expresan con seis verbos; 2 de ellos rompen el ritmo, el paralelismo y las aliteraciones. Varios autores suponen que se añadieron aquí por influjo de contenidos escritos paralelos (18,7; 24,6; 31,28). En cualquier caso, la misión de Jeremías piensa la destrucción de lo viejo y la creación de algo nuevo.

Esperemos que del mismo modo que el profeta nos tengamos la posibilidad alegrar en las palabras del Señor, que estas nos llenen de gozo. Y en los versículos siguientes maldecirá al que dio la noticia a su padre e inclusive llegará a preguntarse por qué razón no le dieron muerte en el vientre de su madre. Hay que decir que no dejan de ser expresiones muy impresionantes proviniendo de un profeta, de un hombre del Señor.

Por dado que según el número de tus ciudades son tus dioses, oh Judá, y según el número de las calles de Jerusalén, son los altares que has levantado a lo vergonzoso, altares para abrasar incienso a Baal. Entonces van a ir las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman incienso, pero ellos precisamente no podrán salvarlos en la hora de su aflicción. Yo sé, oh SEÑOR, que no depende del hombre su sendero, ni de quien anda el dirigir sus pasos. Hete aquí, viene una gran convulsión desde la tierra del norte, para editar las ciudades de Judá en desolación, en guarida de chacales. Todo hombre es torpe, falto de conocimiento; todo orfebre se averguenza de su ídolo; pues falsas son sus imágenes fundidas, y no hay aliento en ellas. En el momento en que El emite su voz, hay clamor de aguas en los cielos; El hace subir las nubes desde los extremos de la tierra, hace los relámpagos para la lluvia y saca el viento de sus depósitos.

Oh, quién me diera en el desierto un albergue de paseantes, para que dejase a mi pueblo, y de ellos me apartase! Ya que todos ellos son adúlteros, congregación de prevaricadores. Quebrantado estoy por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo; entenebrecido estoy, espanto me ha arrebatado. Desde Dan se oyó el bufido de sus caballos; al sonido de los relinchos de sus corceles tremió toda la tierra; y vinieron y devoraron la tierra y su abundancia, a la ciudad y a los moradores de ella. Por tanto, voy a dar a otros sus mujeres, y sus campos a quienes los conquisten; ya que desde el mucho más pequeño hasta el mucho más grande cada uno prosigue la avaricia; desde el profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño. ¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía perpetua?

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Ya que las prácticas de los pueblos son vanidad; pues leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril. Oíd la palabra que Jehová mencionó sobre nosotros, oh casa de Israel. antes se fueron tras la imaginación de su corazón, y en pues de los baales, según les enseñaron sus padres. Hicieron que su lengua lanzase patraña como un arco, y no se fortalecieron para la realidad en la tierra; pues de mal en mal prosiguieron, y me han inidentificable, afirma Jehová.

Con todo el control que la idolatría semeja tener sobre ellos, no están completamente fijos en ella. Naturalmente, hay maneras de atraerlos que generan una resolución para hacer algún género de giro. Jamás debemos olvidar que los pecadores, aun los mucho más persistentes, son inestables en sus formas. La inestabilidad allí, como es natural, procede de las oscilaciones recurrentes de la vida; pero, mucho más que eso, los propósitos mismos del pecador son considerablemente más inestables de lo que él piensa. Una conciencia de piel gruesa de manera recurrente tiene mucho más apariencia que situación; no se descubrió el punto penetrable, eso es todo.

• 44 Además de esto, el reino de los cielos es afín al tesoro escondido en el campo; el que hallado, el hombre lo encubre, y de gozo de esto va, y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

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No obstante, Dios estimó que la actividad económica y laboral de ellos fue infiel, en tanto que seguían las reglas pero no el espíritu de la ley. Jeremías afirma que en último término, esto no dejó que todo el pueblo disfrutara del fruto de su trabajo en la tierra de Dios. Lo que se debió realizar para el bien de todos en la tierra de Dios se efectuó únicamente para el beneficio de ciertos individuos y sin temor del Dios para quien debían trabajar. Por consiguiente, el Señor les negó la lluvia y pronto aprendieron que ellos no eran la fuente de su propio éxito.

En ocasiones Jeremías lo expresó como no “conocer” al Señor, lo que es una condición de la lealtad. La violación de la tierra (de este modo sea por la parte de corporaciones, ejércitos o individuos) niega que Dios es su dueño y que tiene un propósito al hacernos sus maestresalas. Dios sabe de qué forma —igual que Jeremías— estamos construidos según Su diseño. Dios nos guía a emplear nuestras habilidades y talentos en formas piadosas en el mundo. Probablemente no tengamos el mismo llamado que Jeremías y que nuestro llamado no necesariamente sea tan directo, específico y también incuestionable como el de él. Sería un error meditar que nuestro llamado al trabajo debe parecerse al de Jeremías.

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