Lo que todos son expresando sobre Salmo 140 Biblia Catolica

salmo 140 biblia catolica

22 en el momento en que a una se congreguen los pueblos, y los reinos para ser útil a Yahveh. 20 para oír el suspiro del cautivo, para librar a los hijos de la desaparición. 5 Al que infama a su prójimo en misterio, a ese le aniquilo; ojo altanero y corazón hinchado no los soporto. 4 el corazón perverso está lejos de mí, no conozco al maligno. 5 Porque es bueno Yahveh, para toda la vida su amor, por todas y cada una de las edades su lealtad.

En mí mi alma flaquea. por eso te recuerdo desde la tierra del Jordán y los Hermones, a ti, montaña humilde. 4 Yo lo recuerdo, y vierto en mí mi alma, cómo marchaba a la Tienda admirable, a la Casa de Dios, entre los chillidos de júbilo y de loa, y el gentío festivo. 1 Como jadea la cierva, tras las corrientes de agua, así jadea mi alma, en pos de ti, mi Dios. 6 Si alguien viene a verme, charla de cosas fútiles, el corazón lleno de maldad, va a musitar afuera.

Cánticos 140

12 tú creaste el norte y el mediodía, el Tabor y el Hermón exultan en tu nombre. 1 El cariño de Yahveh por siempre y en todo momento y en todo momento voy a cantar, de edad en edad anunciará mí boca tu lealtad. 7 y los príncipes, lo mismo que los hijos, todos ponen su mansión en ti. 14 Oh Dios, los orgullosos se han alzado contra mí, una turba de violentos anda intentando localizar mi alma, y no te tienen a ti enfrente de sus ojos. 8 entre los dioses, ninguno como tú, Señor, ni proyectos como las tuyas. 4 recrea el alma de tu siervo, cuando hacia ti, Señor, levanto mi alma.

David ora para ser librado de sus enemigos — Jehová sustentará la causa del afligido y del menesteroso. lengua no continúe en la tierra; Que al hombre violento lo persiga el mal inexorablemente.” Gua\\\’rdame, SENOR, de las manos del impi\\\’o; Prote\\\’geme de los hombres violentos, Que se han propuesto hacerme tropezar. Que logre reposar relajado sin intranquilidades, insomnios ni pesadillas, y levantarme cada mañana en paz, con esperanza y entusiasmo, a sabiendas de que no tengo contendientes y que Tú cuidas de mí. Consuélame en la angustia Señor, quita de mi este temor que siento, dame la seguridad de tu amor y tu compañía; lo necesito tanto.

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5 De un momento es su cólera, de toda una vida su favor; por la tarde visita de lágrimas, por la mañana chillidos de alborozo. 3 Tú has sacado, Yahveh, mi alma del seol, me has recobrado de entre los que bajan a la fosa. 11 Yahveh da el poder a su pueblo,Yahveh bendice a su pueblo con la paz.

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21 considerablemente más blanda que la crema es su boca, pero su corazón es sólo guerra; sus expresiones, mucho más suaves que el aceite, son espadas desvistes. 4 Mas ved que Dios viene en mi auxilio, el Señor con esos que aseguran mi alma. 2 Se asoma Dios desde los cielos hacia los hijos de Adán, por ver si hay un sensato, alguien que busque a Dios. 8 Mas yo, como un olivo verde en la Casa de Dios, en el amor de Dios confío para toda la vida jamás.

11 La luz se alza para el justo, y para los de recto corazón la alegría. 10 Yahveh quiere a los que el mal detestan, él guarda las almas de sus fieles y de la mano de los impíos los libra. 9 Por dado que tú eres Yahveh, el Altísimo sobre toda la tierra, muy sobre los dioses todos. 3 contad su gloria a las naciones, a todos los pueblos sus maravillas. 19 en el colmo de mis cuitas interiores, tus consuelos recrean mi alma.

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Poema de los hijos de Coré. y no lo entregará a la avidez de sus contendientes. y no deseaste que mis contrincantes se rieran de mí. que el nombre del Dios de Jacob sea tu baluarte. De los mortales que lo tienen todo en esta vida. La sección primera es un canto de acción de gracias, en el que se intercalan ciertos fundamentos hímnicos (9. 6-13, 16-17).

El salmista quiere hacer llegar que solo Dios puede garantizar la prosperidad de los esfuerzos humanos. De manera especial, los hijos son un don de Dios (v. 3), pues la fecundidad únicamente puede provenir de la bendición divina. El tono de este poema -como el del Salmo 85- refleja elocuentemente la situación espiritual de los israelitas al término del exilio. El edicto de Ciro (538 a. C.), que autorizó la vuelta de los cautivos a la patria, había provocado un inesperado cambio político y era motivo de la más intensa alegría. Pero al tiempo, la restauración nacional se hacía en medio de muchas dificultades, y los vaticinios proféticos (Is. ) no acababan de cumplirse de forma plena. Por eso Israel solicita al Señor que “cambie la fortuna” de Sión (v. 4), para que la fatigosa siembra se convierta en una jubilosa cosecha (vs. 5-6).

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Un hombre desterrado -probablemente un levita- suspira por volver a gozar de la presencia divina, viviendo de forma regular al lado del Santuario de Dios (v.5). En los vs. 7-8 se inserta una oración por el rey, cuya vinculación con el resto del Salmo no hace aparición con claridad. Frente a la amenaza de un peligro mortal, el salmista suplica al Señor que responda favorablemente a sus ruegos, librándolo de la muerte (vs. 1-3). No es simple saber con precisión la índole del riesgo a que se hace alusión en el Salmo, y podría pensarse tanto en una acusación injusta como en una patología grave. Los vs. 6-7 son un canto de acción de gracias, que el salmista entona anticipadamente, pues está seguro de recibir la ayuda divina.

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