adoracion en la biblia
Esta es una contestación correcta si la adoración está fluyendo sin esfuerzo y si es espontánea. Pero es no capaz si es algo inventado y superfluo, o si el enfoque está en la danza o en la música y el canto en vez de ser un júbilo verdadero y también íntimo con el Señor. La adoración verídica puede realizarse tanto a nivel individual como en grupo, y va a haber de estar centrada íntimamente en Dios y no como un método de entretención hacia el resto.
La adoración incluye cada parte del culto, desde la invocación hasta la bendición final. Las gozosas alabanzas de música y cantos son poderosos dones que facilitan la adoración del pueblo de Dios, como es muy aparente en los Salmos. No obstante, no deben ser considerados “la adoración” al punto de excluir otros elementos del culto. Además de esto, la música y los cantos, y otros puntos del programa antes de la predicación, no son “preámbulos”.
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Con estas expresiones, Jesús mostró exactamente que la adoración verdadera no iba a depender de cosas perceptibles ni de sitios geográficos. Siendo poseedor de la verdad según Dios la reveló, su adoración armoniza con la realidad. Habiendo habitual a Dios por medio de la Biblia y habiendo experimentado la predominación del espíritu de Dios en su historia, la persona que adora con espíritu y con verdad realmente ‘conoce lo que adora’. Tras esos 150 textos hay seis expresiones hebreas, arameas y griegas. La verdadera adoración radica en postrarse ante Dios (no siempre físicamente, pero sí en el corazón).
Pero en todos y cada uno de los casos el acento recaía sobre el Espíritu, y sobre el cariño y la devoción interior del corazón. “Daré merced al Señor por visto que él es justo; voy a cantar alabanzas al nombre del Señor Altísimo.” para que al nombre de Jesús SE DOBLE TODA RODILLA de los que están en el cielo, y en la tierra, y bajo la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Cantos 51:15
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Esto es, algo que damos de manera facultativa a Dios, no solo ya que sentimos el deseo de llevarlo a cabo, sino pues debemos hacerlo. Dios merece nuestra alabanza independientemente de nuestro estado de ánimo. Su excelencia y nuestra deuda de gratitud no son alterados por los cambios en nuestras emociones. Contamos necesidad de expresarle nuestro amor, nuestra gratitud y admiración, y sumergimos en su amor y su excelencia; quedar impresionados en la hermosura de su presencia. Sentimos la necesidad de expresar nuestro gozo y alegría por tantas cosas buenas que nos ofrece, y lo hacemos orando o cantando.
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von Allmen, Vocabulario bíblico, 1973; exactamente el mismo creador, El culto católico, 1968; J. este Giles, “Teología de la adoración”, Diálogo teológico, 1979; W. D. Maxwell, Culto católico, 1963; este Nelson, Que mi pueblo adore, 1986; A. P. Gibbs, Adoración, 1974; este Schweizer, D. Díez Macho, La iglesia primitiva— medioambiente, organización y culto, 1974; H. B. Bauer, Diccionario de teología bíblica, trad.
Ciertos hermanos mayores eligen la música contemporánea; ocasionalmente, los jóvenes intentan una iglesia con música mucho más tradicional. En Europa occidental, la práctica de besar la mano de un rey o de un papa, puede ser visto como una forma de adoración.
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Una enseñanza que tenemos la posibilidad de estudiar de este pasaje de la samaritana, es que Jesús nos deja dicho que tenemos que venerar a Dios con conocimiento, con entendimiento de lo que hacemos. Mucho más que eso, debemos entender a Quién adoramos. Estos versículos son solo un fragmento de un bello pasaje de la Biblia, en el cual logramos hallar una enorme riqueza. De ahí que, quisiese detenerme un tanto en lo que éste nos enseña, en lo referente a los “verdaderos adoradores”.
Primero, por visto que no le conocen;y segundo, por dado que no tienen espíritu, como tal. Como la adoración debe ser “en espíritu”, ellos no tienen el privilegio de poder llevarlo a cabo. La alabanza está íntimamente relacionada a la adoración y ámbas se complementan. Siempre tienen que derretirse ambas en una para lograr el propósito de lograr intimidad plena con Dios. Si un católico alaba sin adoración puede compararse con un metal que repiquetea o un címbalo que retiñe. Es por este motivo que el Señor desea adoradores en espíritu y en verdad, a fin de que el espíritu Santo les prepare para venerar a Dios en santidad.
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Si hay algo que el Señor resguarda, es su Nombre. Él mismo sabe que es un Dios con perfección santurrón y glorioso y que no admite nada que sea pecaminoso ni una adoración idólatra. Mas la hora viene, y en este momento es, en el instante en que los genuinos adoradores adorarán al Padre en espíritu y de verdad; porque asimismo el Padre tales adoradores busca que le adoren. Que el señor nos escuche en su clemencia señor no soy digno a fin de que ingreses en mi casa pero una palabra tuya bastará para ganarme. El Señor, con estas expresiones pronostica el cese tanto de la adoración según el ritual de los judíos, que adoraban en Jerusalén, como el de la adoración según los ritos samaritanos, que adoraban en el monte Garizim.
