el paralitico de betesda
Ciegos espirituales que no ven las bendiciones que Dios les dió, y en vez de búscarlo mucho más cada día se van distanciando de él, y por su ceguera espiritual no ven el sendero de perdición al que van accediendo. Tras estas cosas había una celebración de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el que tiene cinco pórticos. Sicólogo, enseñante, consultor familiar, conferencista y constructor (Verdades Que Sanan, Retos Para Jóvenes y Niños). Trabajé con la niñez y la capacitación de instructores de pequeños.
Jesús no tenía ningún inconveniente para sanar a este paralítico. La pregunta que le hace en el versículo 6 es simple y es directa ¿Deseas ser sano? Muchas veces nuestro inconveniente es que queremos arreglar en nuestras psiques los problemas, pero la fe nos indica que debemos confiar en Dios. Despreocúpate por de qué manera Dios va a arreglar tu situación; lo único que tienes que hacer es serle leal y confiar en Él.
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Puede decirse también, que el sábado fue guardado por los judíos como sombra del día que venía después. Era, ya que, figura del reposo espiritual que Dios da con el ejemplo enigmático de su reposo a todos los fieles que hacen buenas obras . Mas aquella agua, esto es, aquel pueblo, estaba aprisionado, como por cinco puertas, por los cinco libros de Moisés. Pero esos libros estaban ya abatidos y no curaban, pues la Ley persuadía a los que pecaban, pero no los absolvía (in Ioannem trat. 17). Por eso los judíos perseguían a Jesús, por visto que hacía estas cosas en sábado. Y al momento el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a caminar.
El Paralitico De Betesda
Luego del encuentro de Jesús con el hombre sanado, este fue y aviso a fariseos de que Jesús lo había sanado, en el día del reposo!. Y no solo eso, sino más bien agarro su “lecho”, su colchoneta, colchón, su pequeño hogar y salió del estanque. Asegura la Palabra que en exactamente el mismo momento fue sanado y efectivamente tomo su lecho, y anduvo. Un milagro, un milagro del Hijo de Dios ocurrió en ese sitio de desesperanza y de angustia. Nuestro Señor Jesucristo ve al paralitico y le asegura “Deseas ser sano?. Y al sentir la respuesta de desesperanza, el Señor le afirma “Levántate, toma tu lecho y anda“.
Iglesia esfuérzate como esa mujer que tenia fluído de sangre, esfuérzate como el paralitico de Bethesda…
— Mateo 24:14 (@emete24_14) November 11, 2013
Pero, ¿Cuántas ocasiones te has sentado a analizar la enseñanza de esta historia? Esto no era una parábola, fue algo real ocurrido en Jerusalén. Jesús tenía poder para sanar a todos los que allí estaban. No lo logró ya que sabía que sanando a uno solo iba a ocasionar alborozo; sanando a todos, la situación podía tomar ribetes incontrolables. Eligió al más necesitado; aquel que se sabía totalmente imposibilitado, aquel que sabía que no tenía la considerablemente más mínima oportunidad.
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Enfermos espirituales que no procuran del Señor, ni se reúnen por el hecho de que siempre y en todo momento están cansados, y eligen oír la palabra por radio o televisión para de esta manera no llegar al templo. Ciegos espirituales que no ven las bendiciones que Dios les dió, y en lugar de búscalo considerablemente más cada día se van distanciando de él, y por su ceguera espiritual no ven el camino de perdición al cual van entrando. Cojos espirituales que el día de hoy van a la iglesia y mañana no quieren comprender de ella. Pues como todo cojo su caminar es para arriba y para abajo.
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Él por adelantado sabe lo que hará y sabe por qué Él lo permite. No obstante, muchas veces nuestro problema es que no le suponemos a Dios o no consideramos que Él es bastante capaz para resolver nuestra situación, cualquiera que sea. La prueba de esto está en que la gente se reúnen a debatir sus inconvenientes y equiparar sus ocasiones.
Jesús mostró su incesante actitud en este evangelio de eludir la aclamación popular. Después de que Jesús le hablara en el templo al hombre de Betesda, este hombre salió de ahí y fue a testificar de Cristo a los judíos. En el momento en que Jesús le hablo por segunda vez al hombre de Betesda, por el momento no se encontraba en el estanque sino más bien en el templo. Cuando uno tiene una aproximación con Cristo, nuestro ambiente no puede continuar siendo el mismo.
restituido paralítico se curvó para tomar su lecho, que era únicamente una estera y también un cobertor” (Deseado de Todas las gentes, p. 203). “Cada nervio, cada músculo, vibra con una nueva vida, y armoniosa acción viene a los miembros paralizados. De un salto, se pone parado y se pone en sendero con paso firme y desenvuelto, alabando a Dios, y regocijándose en el vigor que terminaba de receber” (Ministerio de curación, p. 84). Lázaro Estaba impotente enfrente de la desaparición, y el paralítico, por la desinformación sobre el carácter de Jesús.
Pero aquel hombre no solo se encontraba enfermo físicamente, por su estado de soledad y desesperanza; seguro su corazón tenía heridas, su alma no vivía en paz. Pero Jesús además sano esas lesiones del corazón y del alma. La promesa de aquel momento era introducirse en las aguas del “estanque de misericordia”, en el estanque de Betesda. El esperaba ingresar primero al estanque cuando un ángel de Dios descendiese y agitaba el agua, y también ingresar al primer movimiento de exactamente exactamente las mismas.