Los hechos Acerca de El Paralitico De Betesda

el paralitico de betesda

El pastor cambia de figura y de doctrina pero es exactamente lo mismo en relación lo ven entrando por las puertas de la congregación y observan el carro que maneja. Y el que había sido sanado no sabía quién fuera, pues Jesús se había separado de la multitud que se encontraba en aquel rincón. Y si el agua se movió por otro fundamento, una piedra que cayó, un animal que paso, varios se tirarían y saldrían decepcionados. Al tiempo que estemos en esta tierra hay solo una realidad y pasa que el hombre siempre y en todo momento va a tener pretensiones, de una o de otra forma. En este momento lo que hay es harapos por toda parte y empieza a caminar en medio de ellos y de pronto su mirada cariñosa se posa en un hombre. Siendo rey se hizo siervo, siendo padre eterno se realizó hijo y estando en la condición de hombre, de siervo se vejó.

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Juan 5:1

Pero observamos que no tenía a completamente absolutamente nadie, no tenia asistencia, estaba solo, en este momento sus hijos lo habían abandonado, su mujer seguro. No había un ser próximo, ni menos un amigo que le ayudara a entrar a las aguas. El se valía por sus medios en las condiciones que él se encontraba y como se encontraba no podía ingresar solo a las aguas y ser sanado.

Si el lograba ingresar primero a las aguas en el momento justo, seria sanado. Al entrar en el estanque de Betesda está con el paralitico, enfermo ahora 38 años, bastante tiempo, lo encuentra acostado. Podemos ver que no tenia esperanza, solo, desprotegido y fallido por su enfermedad.

La Unicidad De Dios

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Jesús no desea ese tipo de respuesta, Jesús desea que afirmemos que si, en este caso el hombre enfermo debería haber contestado que si deseaba ser sanado. En el momento en que Jesús nos pregunta debemos ser exactos con nuestras respuestas, no ofrecer disculpas, sino ser claros. Estimados pequeños volvemos a conocer una historia prodigiosa de Jesús en la que sana a un paralítico que estaba asi treinta y ocho años. Este hombre vivía cerca del estanque que está en Betesda, y un Ángel cada tanto bajaba a agitar las aguas y el primero que se acercaba quedaba sano.

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Jesús curó a ese hombre físicamente y le da un aviso en no pecar más para poder ser sanado espiritualmente. Jesús nos sana físicamente muchas veces pero no procuramos su perdón para ser sanado espiritualmente. En Jerusalén había tres fiestas en donde tenían que estar los judíos, las fiestas de la Pascua, Pentecostés y de los Tabernáculos. Y en la puerta se encontraba una persona postrada en el piso, estaba de esta manera treinta y ocho años. El colchón portátil cargado al hombro del hombre curado era una excelente prueba de la perfección de la cura. La cura del paralítico dio ocasión para la colérica oposición de los líderes judíos al ministerio mesiánico de Jesús, sin embargo, al mismo tiempo, inauguró los discursos sobre su relación con el Padre y su misión divina.

El uno llamado “puerta de las ovejas” y el otro Betesda o “casa de clemencia”. Son estanques que fueron excavados 800 años antes de Cristo, y manantiales de agua los irrigaba. Estos datan de la temporada del profeta Isaías, del profeta Jeremías. Jesús sanaba como una contestación a la fe de la gente. Sin embargo, en este caso Él no exigió fe alguna; el hombre quedó curado sencillamente por la palabra de Jesús.

En los vs.7 y 11 el enfermo había descargado la deber sobre otro. Sidvics | CC BY-SA 4.0 Hoy, se puede hallar un tributo al estanque de Betesda en Central Park, en Nueva York, donde a fines del siglo XIX se edificó una fuente epónima. Public DomainLas ruinas de la iglesia bizantina construida cerca del estanque de Betesda en la Jerusalén vieja. Tras una investigación arqueológico mucho más concienzudo, comenzó a desvelarse la función de ámbas piletas separadas. Public DomainPintura del estanque de Betesda, por Robert Bateman .

Por visto que de vez en cuando un ángel bajaba al estanque y removía el agua, y el primero que se metía en ella después de ser removida, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviera. Sus piernas estaban tullidas, pero su Palabra Omnipotente las reviste de vida y de fuerza, frente esto, esa confianza es puesta en el corazón de este hombre de modo que puede levantarse, tomar su lecho y caminar. La Palabra afirma, que en ese lugar, yacían multitudes de enfermos, pero el Señor, de entre esos muchos, se dirigió de forma exclusiva, a un hombre, y es a este, a quién Él da su felicidad y misericordia. Una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Si pudiéramos efectuar un viaje en nuestra cabeza hasta este rincón, probablemente seriamos llamados a la clemencia, o tal vez para bastantes, a abandonarlo, al contemplar la realidad de la pobreza humana que allí permanecía.

Pero en Cristo esta presentándose el genuino ayudador. En Él y en su Palabra hay poder, y al preguntar, algo tan supuestamente visible, hay un propósito divino. Tremenda cosa es en el instante en que los medios humanos o supersticiosos suplantan el ubicación de Cristo. En el momento en que el hombre se queda a contemplar lo creado, en lugar de poner sus ojos en el Constructor. En el momento en que cifra su promesa en lo perecedero, y no en lo eterno.

De esta manera, la salvación es por felicidad y su amor es electivo tal es así que tenemos la posibilidad de estar interminablemente agradecidos con Dios puesto que de la multitud puso sus ojos en nosotros y su felicidad fue irreprimible de forma que le entregamos nuestra vida a Él. EN UN INSTANTE EL HOMBRE ESTA VIVO Y EN OTRO INSTANTE ESTA MUERTO. SOLO NECESITAS CREER. En un instante salimos de muerte a vida, de tinieblas y obscuridad, a luz. Del mismo modo, desde el momento en que el pecador es atraído por la alegría divina, en ese instante pone su fe en Cristo y en ese mismo instante es perdonado mediante la bendita sangre de Cristo. En Cristo esta la felicidad para socorrer al hombre de la pobreza humana. Absolutamente nadie podía asistirle y el no podía asistirse a sí mismo, está es la realidad de todo hombre sin Dios.

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